Nunca luche contra el hado, no lo voy a hacer ahora, ansío el día en que nada me perturbe, alcanzar el equilibrio, que las fuerzas que me guían se nivelen, ver mi destino dibujado por una niña que todavía no teme la vida.
Rechazo lo eterno por confuso, atacando al egoísmo siempre sale reforzado por la conducta instintiva incapaz de ser reprimida. En la capacidad de decidir encuentra el hombre que piensa, su cárcel. De mi cárcel voy a hacer un bonito jardín donde existir y buscar, nunca decidir lo que no se puede nombrar para atajar con facilidad la realidad innombrable, que esconden la cosas que nos rodean. En su sustancia encontrar el sentido que me dicte, me transforme en algo liviano y llevadero, que me haga olvidar a Adán y Eva, a Caín y a Edipo, a Electra y Antígona, a los dioses caídos y a los que se levantan, y que por fin me deje, me desprenda, como piel mudada de serpiente quemándose al sol.
Sol y desierto, esa es mi nueva religión, el Sol mi gurú y el desierto mi templo.
Creo que no voy a seguir comiendo las migajas que me ofrecen, no encuentro corazón, que cojones pasa. Estoy harto de no entender, de asentir sin pensar ni considerar, que me maten de luz, Sol, Sol.
Voy a romper, si conoces el significado de la libertad vives engañado, detesto todo lo aprendido, voy a lanzarme virgen al mundo, terremoto en lo establecido. Estallaran mentes al vernos correr en paz desnudos, les gritaremos: descubrí un sentido, un nuevo orden, el placer de la Nada, Nada. Todo en contacto e improvisación, mi cuerpo danzando con la tierra, sintiendo la madre llena de vacíos ínfimos e infinitos con los que bailar, dance sexual y urogenital, los hilos que me mueven no los manejo yo, mi corazón sin patria no deja de sufrir, y a la vez que sufre ríe…. Venid con todos conmigo, y arrastraros mientras pensáis en comuna: somos todos unos jodidos esclavos.
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