LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

miércoles, 3 de junio de 2009

el sistema monetario

Estoy feliz porque te vi, tuve que darme cuenta en algún momento o modo descuidado que no llevabas bragas ni sujetador. Fue lo que te dije o mi manera de mirar, sin dar intermedios estabas tumbada en la mesa sin parte de arriba, verano y calor, prisas por hacer desaparecer el pantalón y nada más. Es el momento sagrado de los cuerpos, es la angustia por placer, no me deje, sujete mi cuerpo como lo hago otras veces cuando reprimo mis ganas de matar a alguien. El balanceo desordenado de caderas, el olor de tu sexo y de tus axilas, el sabor de tus pechos con los pezones haciendo equilibrio en la punta de mi lengua, el saber conjugado de la evolución animal y un camino lleno de sobresaltos, del rápido paso al lento más sosegado. La curvatura de tu espalda en arco, la arcilla moldeable con humedad, el dolor divino con gritos de afirmación y un momento de duda antes de llegar al climax. Desesperación, poner los sentimientos boca bajo para que se despejen, tal vez nos volvamos a encontrar................

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