Silencio, en esta playa del norte los amaneceres invernales se alargan tanto que se juntan con los atardeceres, los atardeceres breves del norte en enero, breves como suspiros de corazones rotos.
En la arena sentados bajo una ligera lluvia, no hace demasiado frío, una leve brisa salada mueve nuestros cabellos mojados, nuestras lágrimas se pierden en la lluvia arrastradas hasta la arena húmeda, yo sonrío y lloro como muchas otras veces, tu lloras como si tuvieras doce ojos y miles de penas, nos cogemos de las manos y nos miramos, miramos al mar e inhalamos su aroma, no hay nada que hablar, no salen las palabras.
En la Playa del Silencio descansamos nuestros cuerpos, igual que lo habíamos hecho otras veces en verano cuando esta llena de personas desnudas, cuando tras andar el camino de acceso, acalorados, refrescábamos nuestros cuerpos sin ropas en sus aguas tibias, tibios son hoy nuestros llantos, frente a frente alargamos la mirada, el amor y el mar son imprevisibles y las explicaciones son una considerable perdida de tiempo. Te suelto las manos y escribo con mi dedo índice sobre la arena “traición”, a lo que tú respondes de la misma manera “abandono” y continuamos:
“locura” “vida”
“respeto” “juego”
“desesperación” “incapaz”
“herida” “caída”
ahora empiezas tú:
“trastorno” “voluntad”
“frialdad” “engaño”
“compartir” “diluir”
“soledad” “enfermedad”
“sufrimiento” “cobardía”
“crecer” “egoísmo”
Te levantas en un impulso de rabia que acrecienta tu llanto, caminas hacía ningún lugar alejándote, yo me quedo mirando al mar pensando en los cetáceos que varan en estas playas para morir nadie sabe por qué, tu has varado en mi corazón para siempre, mas hace tiempo que yaces muerta y hoy has empezado a descomponerte.
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1 comentario:
“soledad” “enfermedad”
De pronto, me he zarandeado sin razón..
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