Estar desprendido, conozco la sensación no es nada nuevo, del sofá a la cama, de la cama al sofá, leer un rato, veo la tele después, un rato perdiendo el tiempo por la red, comer un poco, tomar un café y vuelta al sofá. Me parece estar como lejos de mi, como verme todo el tiempo separado de mi cuerpo 5 metros, me observo sin pensar en nada, la motivación se convierte en algo desconocido, todo me aburre, ya he visto todas las películas que tengo en el ordenador y el burro va jodidamente lento. Nadie viene a sacarme de la espiral, los amigos están lejos unos, otros trabajando y absorbidos y otros no recuerdo bien cuando deje de llamarles amigos o cuando les perdí la pista. Soy el chico encerrado en la habitación, el protagonista de Héroes de Ray Loriga. Me encantaría tener la misma droga que el protagonista de Tokio ya no nos quiere, mas me creo más valiente que todo eso, el olvido no es mi fuerte. Sé que mañana me levantare con otro humor, que para tener días buenos hay que tenerlos también malos, como siempre conozco la teoría, pero para el presente las teorías no sirven, no sirve el pensar espontáneo que te permita soluciones instantáneas, el presente es difícil de controlar, es incluso difícil de conocer. La vida es corta dicen, pero la vida llega para muchas cosas, para tomar muchas direcciones, para destruir y construir, para caer y levantarse, para acabar muriendo en paz o para irte arrastrado por la espiral de un huracán. Hay que ser inteligente, si estas en el huracán aprovecha cabrón el ojo de la espiral, ese instante de tranquilidad para ordenar tus pensamientos y morir en la espiral pero con la mente ordenada. No hay nada bajo el sol que no tenga solución.
Y así escribiendo me acerco un poco a mi, esta es mi propia terapia, ojala os sirva también a vosotros. Me retiro más calmado, pero cuidado la espiral no descansa nunca, no bajemos la guardia……
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