Fue al final del verano en el que yo tenia 12 años, de repente el tiempo se hizo pesado y viscoso para mi y el reloj que siempre habia estado a cero empezo a contar segundo tras segundo. No creo que fuera por una causa concreta más bien que tarde o temprano tenía que suceder, pero si que hay algo muy importante que reseñar de ese día, a partir de entonces empiezo a tener recuerdos concretos de lo que viene a conformar lo que hoy llamo mi vida, lo he pensado muchas veces y está claro el por qué no tengo recuerdos anteriores y es que cuando el tiempo no importa los recuerdos no existen. Sin embargo recuerdo dos sueños repetitivos anteriores, uno: caida en un hoyo infinito con cama y todo, mi perspectiva era desde el borde de la boca del hoyo y me despertaba cuando perdia la vista de la cama cayendo conmigo semiacostado, dos: me perseguian una serie de monstruos inventados, yo corria todo lo que podia pero de repente me quedaba clavado y aún haciendo una fuerza brutal-sobrehumana no podia levantar un milimetro la suela de los zapatos, me despertaba cuando los monstruos me daban alcance, la perspectiva era como si fuera una pelicula.
La lluvia del fin de verano llego y barrio los sueños, me regalo billones de segundos para contar, uno por cada gota caida…….
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