LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

domingo, 7 de marzo de 2010

yo te perdí una tarde de abril y desde entonces soy un lagarto

Ni que todo estuviera planeado, la distancia, la incomodidad, intentar evitarlo no sirve de nada, intentar no hacer daño al interactuar con otras personas, planear, pensarlo mil millones de veces, para que al final el hado, nuestro destino se imponga y destroce todas nuestras ideas, deseos inconfesables, deseos que no sabes bien si los deseas o los detestas, si callarlos o aclamarlos, en este tipo de conexiones ínter neuronales los impulsos eléctricos no acaban de marcar un guión claro entre nuestro pensamiento y nuestro comportamiento, lo que nos programa genéticamente para comportarnos de forma confusa tanto para con nosotros mismos como para con las personas que comparten nuestra realidad. Y me vuelvo a repetir “no hagas nada que pueda hacer sufrir a otras personas” y no soy capaz, es inalcanzable este estatus, a lo que me respondo “por otra parte eres capaz continuamente de hacer feliz muchas veces a muchas personas” pero nuestro occidente es codicioso y no me conformo con eso, solamente no quiero participar en incrementar el dolor de otras personas aunque sea por tonterías, y eso solo me abruma por que sé perfectamente que es eternamente imposible, tras lo cual he decidido dejarme a la vida, intentar comprender las cosas tal y como son, aceptando barco como animal de compañía, mezclando en el mismo impulso el dolor y el placer, el odio y el amor, las bofetadas y las sonrisas, misterios inalcanzables.


Si el amor es el odio disfrazado, yo me suelo disfrazar de flor en las estaciones de tren y dar miles de besos cuando se acercan las narices para olerme, o sentarme en la playa meditando sobre el punto medio e intentándolo encontrar en la lejana línea que dibuja el mar y el cielo, me mareo y tengo que cerrar los ojos y tirarme en la arena mientras aparece la espiral encima de mi cabeza empiezo a pensar “dónde los extremos se esconden debe existir una paz infinita, el punto medio sigue siendo un barco a la deriva” y no dejo de reírme con mi risa fácil volviendo a mirar el horizonte lanzándole una larga sonrisa, dónde los miedos quedaron atrás húmedos en el mar, yo me seco al calor de tu cuerpo.

3 comentarios:

Carlos dijo...

Imposible saber que tejen las norns para cada uno de nosotros, imnposible saber que pasará en un nuevo dia imposible saber a donde nos lelva este aburdo e incomprensible trajin que llamamos vida. vivamos y disfrutemos de nuestras contardicciónes. Muy buena entrada

Cru dijo...

"...tras lo cual he decidido dejarme a la vida..."


...hermosa mañana para cruzar los puentes y darle la vuelta a los espejos (a partir de ahora, usaré las manos para reconocerme)

hermosa mañana para regresar sin pisar las juntas de las baldosas y tararear melodías que creí olvidadas

romper culpas y espirales, gozar de la contradicción y, de nuevo,
cruzar los puentes...

pexoxe dijo...

disfruto de mis contradicciones día a día, es lo que más me acerca a la vida

las juntas de las baldosas de las calles son otra de mis grandes obsesiones, si las piso no me siento nada bien así que como dicen mis amigos "que raro andas", mientras yo pienso "jodidas baldosas siempre me caen fatal al pie" lo que verdaderamente me hace caminar de forma extraña, y si el andar hace el camino, mi camino es raro, raro pero tan bonico ....