LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

domingo, 26 de septiembre de 2010

el aprendiz

Desde hace un tiempo no pienso apenas en el pasado ni en el futuro, creo que eso es un signo veraz de felicidad, una marca que me sigue diferenciando del resto de personas que me rodean, de la civilización que se asusta al verme sonreír.


Cuando era un adolescente salí mucho tiempo con una chica, una vez de las que discutimos perdí el control y le grite: “¡que te den por el culo!” y di un portazo al salir de su habitación, la gente que me conoce sabe de mi carácter tranquilo, habíamos pasado el domingo en casa de sus padres con su familia, ella quería que la llevara a Zaragoza, a mí no me debía de apetecer demasiado, el egoísmo me llevo a un nivel de estrés que no fui capaz de controlar. Es una historia puntual que ha marcado por completo mi vida, me he flagelado muchas veces con ese recuerdo, nunca voy a comprender por qué acabamos haciendo siempre daño a las personas que más queremos, lo siento……..

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigue aprendiendo así, el mero hecho de recordarlo te hace grande, pequeño.