LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO

domingo, 28 de febrero de 2010

carpaccio, carne cruda a lo italiano

Si pudiera, si realmente fuera posible, saltaría al vacío y esperaría a que tu grito me guiara en la caída. Es la vida rabiosa en la que funambulamos por los precipicios más bellos siempre reprimiéndonos, gritando en los bordes escarpados y descansando en los prados soleados.




Y el sol salio hoy y vino a acariciarnos en un bonito mediodía no muy ventoso mientras comíamos en la plaza vieja de Calatayud, plaza de España la llaman, allí con dos amigos chica chico conversando y comiendo, primer día de terraza del año, disfrutando de los rayos, de los diferentes gustos, de las palabras que intercambiamos entre mordisco y mordisco. Pensando como siempre miles de pensamientos por minuto, intentando que no se escapen demasiado rápido y viéndolos alejarse sin remedio. Amable, sonriendo, coqueteando miradas con un grupo de chicas sentadas en una mesa cercana, tranquilo, sosegado, disfrutando de la tarde de domingo que siempre me resulta pastosa y pegajosa, ésta también y me gusta que así sea, suele ser el único momento de la semana en el que aun puedo recordar, sentir como pasa el tiempo lentamente, como cuándo niños. No pido más buena comida, buena compañía, bonito sitio y un café expreso preparándose en el interior del restaurante para mí, solo podría estar mejor si el vapor del agua al atravesar el café molido me estuviera humedeciendo la cara, que gusto, igual que en la mañanita al poner la nariz encima de la cafetera cuando el líquido sale, robarle el aroma, respirarlo como aire puro, uhm…..

Pero por mucho que todo sea perfecto seguimos expuestos a la vida, me suena el busca, ¡mierda! me voy corriendo dejándoles la cuenta a mis amigos y el café solito y triste en su tacita.

viernes, 26 de febrero de 2010

plástico dónde solía haber metal

Delgada como filo de cuchillo, ágil y resistente como aluminio aleado, tu presencia es imán de miradas y torpeza de observadores.

martes, 23 de febrero de 2010

si no quebranta el vidrio, que coño va a quebrantar

Del presente al pasado bestial

Del pasado al presente salvaje

De los días de sol a la lluvia eterna
De los mares del norte al desierto de Gobi

Del vacío absoluto a la más horrorosa materia
De los campos de algodón a los de trigo Sarraceno

De las dicotomías absurdas a los versos más bellos

Nada va a cubrir el espacio que nos separa ni los duelos que nos restan

viernes, 19 de febrero de 2010

hospital húmedo

Silencio, en esta playa del norte los amaneceres invernales se alargan tanto que se juntan con los atardeceres, los atardeceres breves del norte en enero, breves como suspiros de corazones rotos.


En la arena sentados bajo una ligera lluvia, no hace demasiado frío, una leve brisa salada mueve nuestros cabellos mojados, nuestras lágrimas se pierden en la lluvia arrastradas hasta la arena húmeda, yo sonrío y lloro como muchas otras veces, tu lloras como si tuvieras doce ojos y miles de penas, nos cogemos de las manos y nos miramos, miramos al mar e inhalamos su aroma, no hay nada que hablar, no salen las palabras.

En la Playa del Silencio descansamos nuestros cuerpos, igual que lo habíamos hecho otras veces en verano cuando esta llena de personas desnudas, cuando tras andar el camino de acceso, acalorados, refrescábamos nuestros cuerpos sin ropas en sus aguas tibias, tibios son hoy nuestros llantos, frente a frente alargamos la mirada, el amor y el mar son imprevisibles y las explicaciones son una considerable perdida de tiempo. Te suelto las manos y escribo con mi dedo índice sobre la arena “traición”, a lo que tú respondes de la misma manera “abandono” y continuamos:

“locura” “vida”

“respeto” “juego”

“desesperación” “incapaz”

“herida” “caída”


ahora empiezas tú:

“trastorno” “voluntad”

“frialdad” “engaño”

“compartir” “diluir”

“soledad” “enfermedad”

“sufrimiento” “cobardía”

“crecer” “egoísmo”

Te levantas en un impulso de rabia que acrecienta tu llanto, caminas hacía ningún lugar alejándote, yo me quedo mirando al mar pensando en los cetáceos que varan en estas playas para morir nadie sabe por qué, tu has varado en mi corazón para siempre, mas hace tiempo que yaces muerta y hoy has empezado a descomponerte.

miércoles, 17 de febrero de 2010

derecho a la confusión, al desorden y a la destrucción

el silbido de tu respiración al final de una noche larga de sueño
un besito en el cuello justo cuando apago la luz
esa manera dulce de arroparme cuando me destapo
entender que lloro algunas noches por que lo necesito
calentar frotando con tus pies tibios mis pies siempre fríos

que escuches mis sueños al despertar
un abrazo descuidado en mitad de la noche
mecerme en tus brazos aunque no llore
contar estrellas juntos antes de cerrar los ojos
un pelo tuyo en la almohada al despertar

leerme un cuento sin bostezar
esas lindas caricias en la espalda
el olor de tu cuerpo en las sábanas
que me des calor al acostarnos
susurrar al oído “dulces sueños”

quiero poder dormir a tu lado sin parecer extraños
poder dormir olvidando tus mentiras, dominando tus verdades
vencer tu frío corazón que destempla nuestra cama y nuestras promesas

martes, 16 de febrero de 2010

bayo, así eres tú, como pelo de caballo

Y pienso como Rodin, como Rodin pensaba cuando miraba a su pensador, pero no cuando ya estaba creado, no cuando el molde final sobre el que se moldearía el bronce estaba construido, no, pienso como Rodin pensaba cuando pensaba en el pensador como un proyecto posible, una idea y nada material corrompía el pensamiento todavía, así pienso ahora, así pienso hoy.


Y pienso como Antony and the Johnsons antes de que la primera nota saliera de su garganta, pienso en el día que se diera cuenta de que tenía el corazón en la garganta, el susto que se tuvo que dar, yo también estoy asustado, es por mi hipersensibilidad nerviosa, es por que me he dado cuenta de que hoy tengo la garganta de Antony en la cabeza, su garganta virgen antes de que nunca hubiese cantado, no veas las cosas que me cuenta y yo calladito, sin decir nada.

Pienso como Roberto Bolaño y Mario Vargas Llosa antes de ser alfabetizados, en sus mentes analfabetas encuentro un millón de libros con las páginas en blanco, entre esos libros encuentro la libertad absoluta, la libertad que poseemos todos los humanos antes de decidir, antes de elegir, antes de empezar a acotarla, a violarla y destruirla, así pienso ahora, así pienso hoy.

Como el polluelo antes de dar el paso hacía su primer vuelo, así me siento ahora, así me siento hoy y no quiero dejar de sentirme de esta forma nunca, prefiero morir aplastado contra el suelo que echar a volar…….

domingo, 14 de febrero de 2010

filosofía de la mañana

Bien, despertar, ¿y ahora qué?, me visto, cualquier cosa sirve mis ropas no van a cambiar mi cara ni mi forma de pensar, salgo de la habitación, hecho un vistazo rápido a todo lo que me rodea, nada a cambiado, ¿eso es bueno o es malo?, no tengo a mano la genealogía de la moral de Nietzsche así que no me volveré a preguntar en todo el día algo parecido, cambio varias veces de perspectiva intentando comprender, como intentando encontrar un detalle nuevo en un cuadro que he mirado un millón de veces, no encuentro nada nuevo, nada que me indique trasformación, mutación o alteración de las partes. Camino hacia el baño, mis pasos son divertidos, me río mientras intento combinar con mi risa algún tipo de baile, estoy frente al espejo, me doy los buenos días, me digo que cara tan rara tienes por las mañanas, me lavo, me peino intentando poner orden en mi cabeza, pierdo como cinco minutos y al final como siempre dejo que el pelo se quede como le da la gana, creo que tiene una personalidad propia muy arraigada, orino y salgo hacía la cocina. Buenos días cocina, digo al entrar, otra mañana fría ¿no crees? como es de esperar la cocina no me responde, y digo en voz alta “fría como puro hielo, un té verde bien caliente cocina, eso nos hará entrar en calor” me río, si alguien me viera se pensaría que estoy loco, y en el fondo me gusta, hoy en día tengo un miedo horrible a la gente que se cree cuerda. Me preparo el té, mientras se hace leo un poco de un libro pequeño de poesía que encontré hace un tiempo por casa, es una traducción de un autor estadounidense, esto es que la rima se ha perdido y no sé por qué pero eso me encanta, suelo leer mucha poesía de esta manera, es menos empalagosa, mucho más llevadera. Hay un pequeño verso que dice así “en la ducha de un motel, entre Arizona y Sonora, se oyen los carros fronterizos, los chillidos ahogados entre disparos, la muerte del pobre, el triunfo del rico, es el mundo salvaje, es el reparto de una tierra que no pertenece a nadie, que nos pertenece a todos.” La tetera esta silbando, tomo un par de tazas con un poco de leche y dos tostadas de aceite con miel, el calorcito y el dulzor hacen que me vaya encontrando en el mundo, que me vaya llenando de felicidad, termino, lavo el plato y la taza y recojo la mesa. Tomo mi mochila y mis cosas y salgo de casa hacia el auto, ya es hora de ir a trabajar, tengo un coche pequeñito, deportivo, y en el trayecto hasta mi lugar de trabajo lo suelo apretar, a esta hora de la mañana no hay casi tráfico y disfruto de la velocidad, de saltarme las reglas, de volar pegadito a la tierra. Pongo la radio, la música acompaña y aún aprieto más, pronto aparece la ciudad, el edificio dónde trabajo y su aparcamiento, dejo el coche, otros compañeros de trabajo ya van andando hacía la puerta de entrada, antes de salir me digo a mi mismo, me lo digo de una forma tranquila pero enfermízamente cruda: hoy nadie te va a joder, hoy todos estos hijos de la gran puta te van a chupar la polla, no eres una máquina, eres un jodido ser humano, compórtate como tal.

jueves, 11 de febrero de 2010

el horla

Al ladito del cielo, en las montañas, ruedo por los pastos verdes y empinados, ruedo con mi corazón en las manos.


Al ladito del suelo húmedo, de escarcha o de hielo, de agua pura en cristales, en dibujos geométricos y piramidales, sacudo mi cabeza y mi cuerpo como una peonza tumbada. Sacudo mis genes, mis células y mis átomos, intentando crear un plasma primigenio con el que alimentar mi paz, mientras ellos luchan a muerte, luchan por el poder del mundo conocido, pero a mí bien poco me importa.

Al ladito del cielo, rodando por el suelo de las montañas y con los ojos abiertos sin parpadear creo mi propia película de cielo y suelo, de cielo azul y blanco, de suelo verde y sangriento, meditando sobre los círculos más aparentes, sobre las elipses menos cotidianas, comparando cielo y tierra e intentando comprender el espacio entre ellos, lo cual provoca que mi dolida razón se radicalice y paro de golpe.


Al ladito del suelo, clavado como una estaca en el corazón del vampiro, miro al cielo finito parpadeando como un cocodrilo, medito, medito dragones tatuados en mi piel, en mis brazos y en mis pies, en mi espalda y en mi sien. Me giro al suelo y busco su calor intentando robarle un poco de cordura, pequeño alivio encuentro y solo siento frío, el frío que la madre siente también y enloquezco, me turbo e intento sujetarme la cabeza con las dos manos, aprieto fuerte y el cerebro suda intentando aliviar su tensión, el sudor más frío que nadie pueda imaginar.

lunes, 8 de febrero de 2010

bienvenida Zia

Agazapado, enrollado en un ovillo de casualidad, mecido entre las sombras de las esquinas de la casa. Balanceo una mirada cansada de incertidumbre, cansada de días y noches, de nada sirve sentir los ojos del otro, ahora no hay nada ni nadie, solo espiral, espiral e infinito.

sábado, 6 de febrero de 2010

ha empezado la partida

Puede que haya un futuro mejor, que apenas lo salvemos
Puede que sea fugaz y brillante como lágrimas de San Lorenzo
Tal vez rodeado de familia o solo y drogado
Puede que sea un sino empantanado, húmedo y apestoso
Puede ser un futuro que duela o que acaricie, ojo por ojo, beso por diente
Puede que nadie nos recuerde o que no recordemos a nadie
Tal vez amamantado por el amor o espetado por el odio
Puede que el futuro sea una mezcla extraña de pasado que emborrone el presente
Presente donde estás que ando perdido, presente ven a buscarme que estoy empachado de pasado y hambriento de futuro, sediento de nuevos licores y largos atardeceres.

viernes, 5 de febrero de 2010

sistema nervioso

Me he tatuado en la espalda una enredadera negra con rosas rojas, lo he hecho por ti, como muestra de cariño. He teñido mi pelo de rubio por ti, he depilado mi sexo por ti, me descargué las cejas y he rasurado mis axilas para ti. He pintado mis uñas y mis labios de rojo pensando en ti, he comprado ese vestido que tanto te gustaba solo para ti, como manifestación de mi amor. Me he rociado de ese perfume francés caro solo para tu gozo, he calzado tus zapatos preferidos día tras día, por ti y para ti.
Y a la hora de la verdad solo eres capaz de decirme que te gusto por mi forma de ser y mi manera de reir, que tipo de mariconazo estás hecho, odio a los hombres con tantos sentimientos, te prefería cuando pensabas más con la polla y menos con el corazón, creo que  me aburres, paso de ti....

martes, 2 de febrero de 2010

las voces del desierto

Y me concentro en respirar las palabras que salen de tu boca en forma oclusiva, es mi ejercicio de comprensión, es la forma de intentar encontrarles un sentido.


Me concentro es intentar darles vida aparente en mi cerebro, que ellas tomen las decisiones acertadas después de pasar por los pulmones, y que estos las hayan dejado bien limpias, bien claras.

Me peleo con los silencios e interjecciones, con las comas y puntos imaginarios, con tus seseos y ceceos, con tu deje extraño, trato de hacer de ellas un español claro, como un ordenador o la Real Academia de la Lengua.

Pero nada sirve, nada importa, todo es inútil, tienes que hacerme un diccionario de tu lengua, si realmente quieres, si realmente deseas que te comprenda…..